No puedo decir que fuera el mejor amigo de Héctor, yo no lo conocía más que Xavi, Carles o David. Sólo puedo decir que hace años compartimos un curso de informática, estudiábamos, charlábamos, hacíamos el tonto y reíamos. Desde entonces, algunos íbamos quedando de vez en cuando para tomar algo y contarnos nuestras vidas. Todavía me cuesta pensar que la próxima vez él no nos va a contar nada más. Descansa en paz amigo.
Somos susurros que se lleva el viento
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